En el Centro Penitenciario Femenino de la región, un grupo de 31 mujeres privadas de libertad se han certificado en un programa de crianza con ternura, que busca promover prácticas de crianza saludable y positiva dentro de la cárcel.

Este programa, que ha sido implementado por la institución en colaboración con organizaciones dedicadas al bienestar infantil, tiene como objetivo brindar herramientas y conocimientos a las internas para que puedan criar a sus hijos de forma amorosa, respetuosa y sin violencia.

Las participantes del programa han recibido capacitación en áreas como comunicación efectiva con los niños, resolución de conflictos, manejo de emociones y fomento de la autoestima. Además, han tenido la oportunidad de reflexionar sobre sus propias experiencias como madres y de identificar patrones de crianza que desean modificar para ofrecer a sus hijos un entorno más seguro y afectuoso.

La certificación en crianza con ternura representa un logro significativo para estas mujeres privadas de libertad, ya que les permite adquirir habilidades que no sólo beneficiarán a sus hijos, sino que también les ayudarán a fortalecer su autoestima, mejorar su relación con las autoridades penitenciarias y facilitar su reintegración social una vez cumplan su condena.

Además, este programa contribuye a romper con estereotipos negativos asociados a las madres encarceladas y a demostrar que, a pesar de las circunstancias difíciles en las que se encuentran, son capaces de asumir un rol positivo en la crianza de sus hijos y de trabajar en su desarrollo personal.

En definitiva, la certificación en crianza con ternura es un paso importante en el proceso de rehabilitación de estas mujeres, que les brinda herramientas para construir un futuro más esperanzador y lleno de amor para ellas y sus hijos. Ojalá este programa siga expandiéndose y llegue a más mujeres en situación de privación de libertad, para que juntas puedan construir un mundo mejor para sus familias.